miércoles, 14 de mayo de 2008

BIOFLOW: LOBBY EN EL CAPITOLIO



Esta es una de las experiencias profesionales más difíciles con las que me he tenido que afrontar y una de las que me encuentro más orgulloso de cómo se resolvió. Dicen que es estas situaciones y sobretodo en estos recuerdos de orgullo o de auto-satisfacción cuando encuentras experiencias de flow/Bioflow. Es decir experiencias donde has usado de forma mayoritaria para abordar un reto de envergadura…y este lo era!

Pero no me enrollo más y paso a explicar la experiencia (será larga, porque lo fue!):

Corría el Noviembre del año 1999. Durante ese año explotó el tema del impacto que el mal de las vacas locas podía ocasionar a la población en general. Fue el impacto de este tema en la prensa de carácter general, ya que desde el punto de vista científico este tema ya emergió sobre el año 1993.

En nuestro caso, que usamos cartílagos de vaca para extraer el medicamento Condroitín Sulfato, científicamente no nos afectaba demasiado, ya que el cartílago está catalogado como material de nula presencia del agente causante del mal, a la vez que clasificado en la misma categoría que por ejemplo la leche. De todas formas, con el fin de salvaguardar el negocio de la empresa, desde el año 1994 la empresa dejó de comprar cartílagos bovinos de zonas afectadas por el mal de las vacas locas. Desde esa fecha nuestro suministro se centraba principalmente en Estados Unidos, Canadá y Sudamérica.

Con el fin de reducir costes logísticos, a principios de 1999, abrimos una fábrica en Geneva (Nebraska-Estados Unidos), donde realizamos un primer proceso de extracción del producto. Enviando toda la producción a Palafolls (Barcelona-España) donde acabamos la purificación del producto farmacéutico.

Pues bien, el gobierno americano sobre ese fatídico mes de Noviembre, decidió de cerrar las importaciones de todo material de origen bovino que viniera de Europa. Eso afectó a nuestras exportaciones de Condroitín Sulfato (CS) que purificábamos en Palafolls desde material de Estados Unidos!... Y efectivamente en las primeras expediciones de producto, el material quedó retenido en la aduana, pendiente de inspección por parte de la Agencia de inspección (Aphis).

Esta circunstancia era especialmente grave, ya que en ese momento, más del 45% de la facturación de la empresa se hacía en Estados Unidos, a través de la venta del CS.

Me acuerdo que lo primero que hice fue cerrarme en mi despacho y reflexionar sobre la situación: “el reto es muy gordo Josep” me dije. “Tengo que convencer a toda una organización gubernamental como la de Estados Unidos para que hagan una excepción con nosotros y nos dejen entrar producto”. “Tengo la responsabilidad de todas las familias que comen de la empresa y que este tema puede suponer un problema de una gravedad absoluta”. “No tengo que asustar a la gente y debo mantener este tema bajo la máxima confidencialidad”, “Tengo que sacar lo mejor de mí mismo para encontrar como hacerlo”, “Esta es una de las oportunidades de demostrarme a mí mismo que puedo lidiar con temas de esta envergadura”, “Piensa que todos confían en que yo lo lidere y lo solucione”….Estuve reflexionando mucho tiempo, intentando esbozar un plan de actuación. Analicé la situación usando mis mejores armas para la reflexión, la distancia del problema. Pude clasificar los distintos agentes actuantes en la decisión de prohibir y autorizar una importación…pude aislar la parte emotiva y buscar el cambio de enfoque emocional hacia la perseverancia y la lucha.

Sabía que si trabajaba desde la visión global del problema y con mi potente perseverancia seguro que iba a sacar adelante el tema.

Lo primero que hice fue crear un mini equipo de dos personas que iban y actuaron en todo momento como soporte del tema y como equipo de crisis. Fueron muy bravos, muy buenos…Por la confidencialidad como se llevó el tema, sus compañeros de la empresa no fueron ni son conscientes de lo que lo que logramos o lograron ellos fue salvar a la empresa y a muchos puestos de trabajo. Ese es el peaje de hacer las cosas bien hechas!!...es una pena pero es así.

Después de unas horas de pensar, decidí que lo primero que teníamos que hacer es encontrar un canal de aproximación con la administración norteamericana. No tenía ni idea de cómo funcionaban las cosas en ese país. La aventura y el reto era de mucha envergadura, pero la situación actual de imposibilidad de vender el 45% de nuestro negocio era más grave que al dificultad de convencer a la administración de Estados Unidos…Al menos me convencí de ello.

Pues bien, lo primero que debíamos de hacer era buscar aliados en Estados Unidos que nos ayudaran a acceder a la administración. Teníamos solamente un contacto, el departamento económico de Nebraska, que nos había ayudado mucho en el proceso de inversión de nuestra filial en Geneva.

Los llamamos por teléfono y nos atendieron, como siempre, muy amablemente. Explicamos el problema y nos comentaron que mirarían que podían hacer sobre el tema.

A los dos días estábamos un colaborador mío y yo, montados en un avión que nos iba a llegar desde Barcelona a Lincoln (Nebraska). El viaje lo hicimos sin nada a destacar, ambos con un moderado silencio y una sorprendente controlada tensión. Se suponía que el tema que teníamos que ir a gestionar era de una envergadura muy grande, pero ambos estábamos tranquilos. Eso me sorprendió a mí mismo. Incluso me sentí un poco culpable de sentir que iba hasta contento de tener que lidiar con esta circunstancia tan grave: “Seré raro” me dije “un tema tan complicado y tan grave y me siente feliz y contento de tener que vivirlo y gestionarlo, ¿Cómo puede ser?”. Me encontraba seguro detrás de la visión global del problema, de mi perseverancia que la tenía más presente que nunca. “No volveremos a Barcelona si no es con el tema resuelto. Tardemos lo que tardemos y tengamos que hacer lo que haga falta.” me había auto-impuesto.

Estábamos llegando a Lincoln. Desde el avión se veía la gran llanura de Nebraska con una capa blanca. Era invierno en Nebraska. Una estación que siempre viene marcada por temperaturas por debajo de los -10ºC y de nieves persistentes. Efectivamente, a la salida del avión nos golpeó un intenso viento gélido. Por unos momentos me devolvió a la cruda realidad. “Caramba, parece que el país nos recibe con dureza…Vaya frío!”.

Desayunamos como teníamos previsto con la persona que actuaba como una especie de responsable de cuenta de Bioibérica dentro del Departamento Económico de Nebraska. Ya esto me sorprendió, que tuviéramos una persona con nombre y apellidos a la cual podernos dirigir con nuestros problemas. Había sido asó todo el proceso de búsqueda del terreno para la fábrica, así como en la negociación con el propietario de la propiedad.

Nos dijo que había preparado una reunión con el gobernador de Nebraska!, pero que estaba de viaje y nos atendería el segundo del gobernador que era también una persona muy eficiente. Eso era muchísimo más de lo que nos habíamos esperado. De entrada tener acceso al gobernador de Nebraska es como si de entrada tienes reunión con el Presidente de la Generalitat de Catalunya. El tema empezaba muy bien y le mostramos nuestro agradecimiento a la persona del Departamento Económico en infinidad de ocasiones. “Es mi deber”, nos respondía siempre. ”Estoy aquí para ayudar y dar servicio a las empresas”.

Mentalmente me puse a repasar como podría enfocar el tema a una persona como el segundo del gobernador. “Su máximo interés debe de ser el bien de Nebraska”, “No podemos vender la inversión con solamente 10 personas!””Tenemos que hablar de la importancia de dar valor añadido en el cartílago””Tenemos que hablar de dar visión internacional a las personas que trabajen en la empresa con intercambios con España”…

La reunión con el segundo del gobernador fue muy bien. Muy amable e interesado en el tema de las vacas locas. Entendió perfectamente la singularidad de nuestro caso. “Vuestra empresa aunque pequeña, supone una contribución de calidad y tecnología para el estado, ya que es un valor añadido a componentes de la ganadería. Esa es una de las prioridades de la política de desarrollo de Nebraska. Soy importante para Nebraska y vamos a hacer lo que podamos para apoyaros y hacer que el tema se solucione..Ir al hotel que os llamaremos esta tarde para comentaros como podemos enfocar el tema. Dejadme un tiempo” Afirmó el segundo del gobernador.

La primera fase la habíamos pasado con más rapidez y éxito de lo que habíamos esperado. Teníamos abierto el canal a la administración norteamericana. Era increíble, pero había que sacarse el sombrero delante de la celeridad y la apertura de la administración en Nebraska.

 Estuvimos esperando la llamada que no llegaba. Nuestras expectativas optimistas habían perdido intensidad y empezaba a pensar que deberíamos de reenfocar el tema de otra manera. Antes de la hora de cenar, se presentó al Hotel la persona del Departamento Económico. Al verlo presagié lo peor.

-          -  Mañana os vais a Washington. Tenéis reuniones con los dos congresistas de Nebraska y con el nuestro senador allí.- Nos introdujo.- Os daré todas las direcciones y los horarios de las reuniones. Algunos de ellos tienen buenos contactos en Washington con los lobbies de la carne y de la inspección sanitaria. Seguro que ellos os ayudaran a generar las reuniones oportunas.

Sus palabras fueron una tremenda sorpresa. Sobre todo porque no sabíamos exactamente que querían decir en ese momento. Solamente que la cosa continuaba en el proceso. Estar en Washington era estar más cerca de los departamentos que podían decir sobre nuestro caso. Y realmente era algo inesperado a las alturas del proceso.

Era una mañana despejada en Washington DC, algo fría (menos que en Nebraska) y nos dirigíamos a la dirección que nos habían fijado. Nuestra sorpresa fue cuando al darle la dirección al taxista este puso una expresión de sorpresa y nos comentó:

-          -  Esto es en el Capitolio, ¿Lo saben?.

Dijimos que sí, pero era una sorpresa. “¿En el capitolio?...Allí donde salen las películas las grandes negociaciones políticas…Allí, en aquella cúpula blanca que preside muchas de las imágenes del poder de los Estados Unidos…En la cuna de la meca de la política…En el símbolo del mayor poder del Mundo…” . Era sin duda un momento emocionante y vibrante. Íbamos a meternos en el centro del poder del mundo para intentar solventar los problemas de la empresa. ¿Cómo era posible?. Pues si era real.

Pasamos los controles de acceso y nos dieron las identificaciones (“Si puedo me la quedaré”). Teníamos los horarios de las reuniones y las direcciones. En segundos nos encontramos en una serie de pasillos fríos, de color blanco, alicatados con cerámica. Parecía la red de un metro, con sus direcciones marcadas en las esquinas, y con personas arriba y abajo, con los carritos eléctricos llenos de personas arriba y abajo. Había movimiento y un uniforme común: traje oscuro con camisa blanca y corbata conservadora. Estábamos en las entrañas del Capitolio, luchando por salvar las ventas de la empresa. En ningún momento perdimos el objetivo, a pesar de ese entorno increíble. Más que distraernos lo que produjo fue una motivación tremenda. Debíamos de tener acceso directo a la administración norteamericana y sin duda ese era el lugar adecuado. “Gracias a la labor de la persona del departamento económico de Nebraska. Muchas gracias…Y a nuestro discurso bien definido y adecuado a cada ocasión”.

Llegamos al lugar de destino. Era un pasillo lleno de pequeños despachos. A la entrada de cada uno de ellos, había una placa con el nombre del congresista y dos banderas (La nacional y al del estado) una a cada lado de la puerta. En el caso del despacho del senador el espacio era mucho más lujoso y de mayores dimensiones. Nos impresionó saber que el senador era una de las personas con más poder de Estados Unidos. Como es lógico en las reuniones nos atendieron los segundos de a bordo, aunque son las figuras que conocen perfectamente el funcionamiento de Washington.

Gracias a sus contactos, se pudo convocar una reunión en la sede central de la agencia de inspección sanitaria (Aphis) y el departamento de agricultura (USDA). Habíamos logrado concertar las reuniones desde lo más alto posible.

A la salida del Capitolio y frente a él, le comenté a mi colaborador:

-          -  Este es un momento histórico: Dos simples españoles de a pie estamos defendiendo los interés de la empresa y para ello hemos llegado hasta el lugar más poderoso del Mundo. No lo vamos a olvidar jamás!

-          -  Sin duda.- respondió.

Lo recuerdo como si fuera ahora mismo. La pena es que por aquellos tiempos los móviles no tenían cámara, sino hubiéramos inmortalizado el momento. Sería para compartirlo porque en el recuerdo siempre está.

Pero no teníamos nada solucionado. Había cubierto la etapa de convocar una reunión con el Aphis. Ahora llegaba el momento de la verdad.

La reunión por la mañana. Nos encontramos en frente a 8 personas de alto nivel jerárquico y científico. Defendimos con intensidad y con datos todos el sistema de gestión que permitía asegurar la seguridad de nuestra fabricación y como hacíamos la purificación del crudo en España. Después de infinidad de preguntas y de dar las respuestas correspondientes, llegó la resolución: Nos dejamos exportar el producto siempre que no entrara ningún material bovino en nuestras instalaciones de Palafolls de zona declaradas en la lista oficial de países con el mal de las vacas locas.

Lo habíamos logrado!!!!...Además nos solicitaron ayuda para poder establecer unos requerimientos para la importación de estos tipos de productos.

Podíamos estar satisfechos habíamos logrado entrar en la administración norteamericana y hacer llegar nuestro caso!!! Era una pasada.

Ahora, recordando con cierta lejanía en el tiempo, recuerdo mi actividad como intensa y a la vez feliz. Y como uno puede sentirse feliz cuando se está jugando el futuro de la empresa, de los accionistas y de todas las familias que viven de ella…Pues porque está en estado de Bioflow! Ya que no he traicionado ninguna de mis fortalezas, fui fiel a mí mismo, a la parte innata de mi personalidad.

Perseverancia y la capacidad de poder subir varios niveles al problema que me enfrento o a la situación, con el fin de poder disfrutar de una distancia relativa que permite analizar los temas alejando la parte emocional, o mejor dicho, colocando este elemento como un más del análisis empático de la situación. Sin duda estas dos son una de mis habilidades más destacadas, entre otras, y fueron las utilizadas en todo momento para resolver este tema.

Que grato recuerdo el reto del lobby en el Capitolio…

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