lunes, 31 de diciembre de 2012

LA LAMPARA DE MIS ABUELOS



En ocasiones la vida te da privilegios, que no sabes porque te tocan a tí. A mi me ha dado algunos. Al menos intento tener mi mente abierta a verlo y reconocerlos!
Uno de ellos, es disfrutar de mi abuela que vivió hasta los 102,5 años. Y con una mente lúcida y brillante leía cada día el periódico, veía la televisión y estaba totalmente actualizada de lo que ocurría en las sociedad en todo momento.
Disfrutar de la visión de una persona que ha vivido tanto, y tanto tiempo , disfrutar de su percepción de la vida, disfrutar de su sentir de la evolución de la sociedad, de sus valores...Ha sido un extraordinario y único privilegio. Un privilegio, que a pesar de que ya no está con nsootros, está vivo en mí en m espíritu.

Un día compartió una de sus vivencias...

- José, no se que pasa con vuestra generación. No entiendo como vivís tan bien teniendo tan poco- Me comentó- ...No entiendo como podeís tener coches, casas, viajar todo el año...Yo no lo pude hacer hasta bien entrados los 40. En esta vida con tu abuelo, todo lo hemos comprado desde nuestro bolsillo. Me acuerdo...

"Que cuando a tu abuelo lo trasladaron a trabajar a Bilbao. Allá por los años 40. Era un ápoca complicada. La guerra civil estaba muy reciente, aunque poco a poco iba mejorando la economía. Erámos jóvenes, con dos hijos. Un nuevo hogar que montar. Habíamos dejado por un tiempo nuestra querida Barcelona, pero la oportunidad que el Banco le daba a tu abuelo era muy buena y decidimos aceptarla. No estuvimos mal en Bilbao. Teníamos que estar 5 años y estuvimos 7. Fuimos muy felices allí...Bueno allí y en todos la vida con tu abuelo.
Cada día íbamos a buscarlo a la salida del trabajo. Un día regresando a casa, nos detuvimos delante de la vitrina de una tienda de muebles. Allí estaba. Era una lámpara de Murano preciosa.
Tu abuelo vió el brillo de mis ojos y sin preguntar entró a la tienda a preguntar el precio: Era demasiado cara, no nos la podíamos permitir.
Al día siguiente volvimos a parar frente al escaparate. Era preciosa, reluciente, brillante, elegante...Realmente la quería para nuestro salón. Le dije a tu abuelo que ahorraríamos un poquito cada día para comprarla. Y ese hicimos. Separamos un poco cada día.
Después de más de tres meses, compramos la lámpara y lucía hermosa en casa"

- José no entiendo que la gente necesite tener tanto para ser feliz. Nosotros nunca pedimos un crédito para vivir,...y eso que tu abuelo como sabes era banquero! Y fuimos muy felices. Teníamos claro lo que teníamos y que eso era lo que nos abría las puertas a nuestra forma de vivir. Vivíamos desde lo que teníamos y no como ahora que se vive desde lo que debes!- sentenció.

Esas sabias palabras de una persona con 102,5 años de vida, de experiencia... las tengo presentes. es difícil pensar que esto se aplique en un mundo tan rápido como el de hoy. Muy diferente a los de los años 40. Pero cuando reflexionas posiblemente ese es uno de los problemas del porque estamos como estamos.

Si en los años 40, en los años de la lámpara, se vivía basicamente de lo que se tenía, es decir que se ahorraba el dinero y luego se compraba. El nivel de vida era proporcional a lo que la gente ganaba...En la primera parte del siglo XXI se vive de lo que se debe. Se disfruta de cosas, experiencias desde créditos. El apartado de lo que se tiene es mínimo y en ocasiones inexistente. La gente ha decidido vivir debiendo el coche, la casa, los ordenadores, los viajes, los muebles de la casa...Su nivel de vida está relacionado con la capacidad que tienen las personas de asumir el riesgo de endeudarse.

Y hay una gran diferencia entre vivir desde el tener el dinero a vivir desde deber el dinero.

Una de las lecciones de esta crisis profunda ha de ser de que no podemos vivir más en un mundo virtual, en el que debemos practicamente todo lo que disfrutamos. No podemos perder el equilibrio entre lo que tengo y lo que debo. Hemos de balancear este ratio, aunque ello suponga renunciar materialmente a cosas que deseamos.

Hemos de vivir desde la confirmación y la consolidación y no desde las expectativas. 

Seguramente no podemos esperar a disponer de todo el dinero ahorrado para adquirir alguna cosa, ya que el mundo, hoy, gira muy muy deprisa. No puedes perder posición temporal, pero si podemos comprarla cuando tenemos la certeza de que un grueso, una buena parte del su coste lo tenemos ahorrado.

Hemos de sacudirnos del polvo de lo material, para abrir el disfrute al ahorro. Y en esta actitud descubriremos el palcer que se vive en la espera de tener algo. El sentimiento de anhelo e ilusión mientras uno espera ahorrando y sueña como soñaba mi abuela con su lámpara. Como decía ella:

- José, al final no sé que me produjo más felicidad, cuando la compramos o los tres meses que soñaba con tenerla. En cualquier caso, los dos momentos los viví con mucha felicidad...ya que sabía que al final solamente era una lámpara y lo que me hacía sonreír el alma era verme toda la familia unidad y abrazada.

Actuar desde la consolidación y no desde la expectaiva, es la mejor manera de asegurar que uno avanza con determinación, con fluidez y positividad en este mundo en el que hemos de dar paso al espacio "Esto lo tengo y no lo debo"