martes, 26 de junio de 2012

NOS TOCA A NOSOTROS CAMBIAR PARA CAMBIAR


En muchas ocasiones nos hemos encontrado en que los resultados logrados en una plan de no han sido satisfactorios. Nos hemos encontrado que hemos trabajado intensamente pero no se ha podido cumplir las expectativas.

No siempre las causas han sido internas del equipo o de la estrategia, sino que el entorno y sobretodo las variaciones de este han jugado un papel relevante en el desenlace.

La tentación es analizar la situación e intentar abordar el problema o el reto con las mismas claves que has utilizado, pero introduciendo los factores externos que han variado. Generalmente proceder en este sentido es la invitación a volver a errar, volver a obtener un mal resultado del plan.

Si uno quiere lograr cosas diferentes, el único camino es de trabajar diferente. De introducir sistemas nuevos de gestión, de evolucionar en la manera de enfocar las cosas, de desaprender de la metodología que sigue.

Hoy, con tanta crisis, con tantos cambios, algunos de ellos estructurales de elevado calado social y económico, es uno de aquellos momentos en los que la sentencia de "para lograr cosas diferentes has de trabajar de forma diferente" adquiere un protagonismo estratosférico.

Hoy, vivimos en un mundo absolutamente diferente al de hace dos años!!!!...La recesión económica ha generado un trastorno social increíble. La bonanza económica de muchas casas se ha convertido en paro y desempleo de la noche a la mañana.

Hay un anuncio en televisión que dice que hay que "desaprender". Si estoy de acuerdo!...Estamos en unos momentos de la historia que hay que desaprender. Hay que pensar en formas nuevas de trabajar, en estrategias diferentes, en modelos de coordinación diferente. Y el que más rápido desaprenda y se desprenda de los tics de la pasada etapa, más rápidamente entrará en dinámicas positivas.

No valen los análisis de tiempo pasado. Hay que olvidarse del pasado. Hay que borrarlo de la mente. Las claves y los factores esenciales ya no son válidos.

Hay que estudiar bien a fondo la realidad actual, hay que entender e intuir hacia donde va a ir el futuro. Un futuro con menos brillo para la sociedad que el pasado. Pero a la postre un futuro que nunca se sabe si será mejor o peor que el pasado. No todo en esta vida es el dinero. El futuro también tiene uan dimensión humana, de valores...Igual retornamos a valores perdidos en la edad de oro de la construcción y de la especulación!

No es fácil visualizar el futuro, pero lo que si que es claro que el futuro se ha plasmar en clave de reducción de la disponibilidad de liquidez, de la reducción de los servicios públicos, de la mayor presencia privada en los servicios del bienestar,...Aspectos que pueda que esté en contra e incluso deteste, pero la realidad hay que verla con los ojos de la objetividad máxima.

El primer paso mental es no lamentarse de la situación. Aceptar la situación actual como las características del momento que nos toca vivir y de la situación a gestionar, de la base sobre la que construir las estrategias, planes, acciones...

Hay que pensar diferente, hay que analizar diferente, hay que diseñar diferente, hay que planificar diferente, hay que organizar diferente, hay que implementar diferente, hay que revisar diferente, hay que controlar diferente, hay que evaluar diferente, hay que valorar diferente....para lograr ahcerlo bien en este tiempo diferente.

Hay que llorar por lo que perdemos el tiempo necesario, pero no más. Continuar con el lamento es perder un tiempo precioso a destinar a construir.

La vida nos está dando la oportinidad de aprender cosas nuevas, de vivir situaciones diferentes, de sacar de nosotros mismos ideas nuevas, de aumentar nuestra autoestima viendo que somos capcaes de poder ver un hilo de esperanza en esta oscuridad social y económica. Sentir que somos protagonistas de esta nueva etapa de la evolución humana. Sentir que vamos a ser los arquitectos, diseñadores y constructores de una forma nueva de sociedad...Y la responsabilidad está en nosotros no en otras personas. Aceptemos el reto, aceptemos la responsabilidad y pongamos manos a la obra.


Cambiemos las cosas para cambiar, sin olvidarse de que lo hacemos para que podamos tener una sociedad mejor para todos...Que seguro que será así.

miércoles, 13 de junio de 2012

EL VALOR DE LO QUE HAGO...

Erase una vez, una historia que es real pero que la explico como sino lo fuera...

"Había llegado el momento. Uno de los momentos importantes de la vida. Iban a ser padres por primera vez. Y al verdad es que  los dos, Juan y Ana tenían muchas ganas. Había sido un embarazo lleno de altibajos,...bueno más bajos que altos!. Ana se había  sentido mal todos los interminables nueve meses. Después de los incómodos vómitos de la primera parte del embarazo , vinieron los males de espalda, la pesadez, el azúcar...Y Juan con paciencia le había ido ayudando, pero aunque ello mermó también su energía.

Hoy todo aquello podía ser historia. Era el día que Miguelito, su hijo, iba a asomarse al Mundo. Era el día del final de las pesadillas del embarazo y el inicio de la responsabilidad de traer al Mundo una nueva vida. En el fondo, aunque ninguno de los dos se lo decía ello les imponía y mucho. Les daba más respeto y miedo que no los abatates del embarazo.

Nació Miguelito. Oyeron su llanto. Ana lo abrazó y lloró de alegría. Juan lo abrazó y dió gracias a Diós por traerles un niño tan hermoso. Pero no pudieron disfrutar de más de quince segundos. La enfermera se llevó a Miguelito...Querían revisar su salud. Parecía que alguna cosa no había acabado de ir bien.

Ana y Juan se miraron y después de escuchar las palabras de la enfermera se quedaron atónitos. No podían creer que algo hubiera pasado mal. Que su querido Miguelito estuviera enfermo...Se abrazaron profundamente. Ana lloraba preocupada y desconsoladamente y Juan intentaba tranquilizarla. Aunque solamente era por fuera, ya que por dentro rezaba sin descanso a para que no le pasara nada...

Miguelito había nacido con algún problema (Que no viene al caso para la historia). Y se mantuvo en la incubadora. Los primeros días perdió peso y ello dejo preocupados a todos... El sufrimiento era enorme. La sensación de impotencia de no poder hacer nada por él inundaba con tristeza los corazones de Ana Y Juan.

Era importante que Miguelito cogiera peso, era importante que fuera recuperando cada día.

Al tercer día la enfermera hizo pasar a Ana a la operación de pesaje. Miguelito había ganado peso por primera vez en tres días!!...Ana estaba alegre, muy alegre...Miro a Miguelito con todo el amor del mundo, miro a Miguelito con lágrimas que corrían por sus mejillas, miro a Miguelito...Y de repente supo que se curaría, supo que iba a ganar peso, supo que algo pequeño del empeño de Ana vigilaba para que su hijo ganara peso cada día, algo inesperado, algo sorprendente, algo que le daba mucha seguridad a Ana....Había mirado la báscula y se había fijado que las células de pesaje del aparato eran de su empresa. Eran las células de pesaje que ella controlaba cada día en su empresa. Era su emepño diario, era su complicidad profesional, era su energía de hacer las cosas bien, era su sudor laboral...

Sabía que esa energía positiva y empeño que ella ponía cada día en hacer su trabajo le ayudaría a hacer que su hijo ganara peso...Sus células de pesaje la iban a ayudar!!!

Así fué. Miguelito se recuperó rápidamente y salió del hospital.

A los tres días Ana se fue directa a su empresa, se sentó en su puesto de control de la producción de las células de pesaje... y con gozo y satisfacción se dijo a sí misma:

Mi trabajo tiene sentido de vida, es capaz  de tener una misión en esta vida, en mi vida!"

...Cuantas cosas hacemos y no miramos el valor social, moral y real de lo que hacemos...

miércoles, 6 de junio de 2012

SI LO CREO LO VEO...


Dicen que...

"Aunque a Tomás se le anuncia la resurrección de Jesús, se niega a admitirla: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré." Ocho días después, Tomás toca con sus propias manos las heridas de Jesús en las manos y en su costado. Jesús le recrimina haber necesitado ver para creer. "

Y como vamos a afrontar con ilusión y fuerza el futuro, que es un lugar del tiempo que es tan incierto y inconcreto que aún no existe, donde todo es intangible....Como lo vamos a querer enfocar desde nuestra necesidad tangible de tocas las cosas, desde el "si no lo veo no me lo creo", desde esa parte de Santo Tomás que tenemos todos,... si nadie sabe lo que va a pasar!!

La fuerza de las personas, su energía, se alimenta de superar las adversidades. Son los resilientes los más fuertes. Y esa crosta que se va formando a base de experiencia es la que da alas a emprender pasos hacia delante sin esperar a tocar, sin esperar a ver que pasa.

Hemos de querer tocar menos y creer más en nuestra fuerza interior en lo maravilloso del  mundo intangible , en la fuerza de nuestras emociones.


No hace falta tocar para creer, no hace falta tocar para a convencernos...el mundo gira demasiado deprisa como para esperar a tocar, esperar a ver que pasa. . Si lo hacemos estamos perdiendo un tiempo precioso. Y si lo hacemos una vez tocado el tema una vez que ha pasado y tenemos la certeza del resultado...Levantaremos la cabeza y veremos en el horizonte, muy a lo lejos, muy lejos de nosotros...a alguien que no esperó a tocar, . A alguien que creyó sin tocar, que no esperó a que pasara, sino que seguramente hizo que pasara... y que continuó hacia adelante. Y esa distancia ya no la volveremos a recuperar...Y mucho menos si delante de otro percance esperas a volver a tocar, volver a esperar que pase y espera cuando pase, si pasa...Continuando creyendo en el "si no lo veo, no lo creo".


Y mientras alguien estará avanzando feliz y satisfecho haciendo pasar las cosas, intuyendo lo que pasará y posiblemente construyendo entornos para que ello sea posible. Porque estará creyendo en el "si lo creo, lo veo"