lunes, 31 de diciembre de 2012

LA LAMPARA DE MIS ABUELOS



En ocasiones la vida te da privilegios, que no sabes porque te tocan a tí. A mi me ha dado algunos. Al menos intento tener mi mente abierta a verlo y reconocerlos!
Uno de ellos, es disfrutar de mi abuela que vivió hasta los 102,5 años. Y con una mente lúcida y brillante leía cada día el periódico, veía la televisión y estaba totalmente actualizada de lo que ocurría en las sociedad en todo momento.
Disfrutar de la visión de una persona que ha vivido tanto, y tanto tiempo , disfrutar de su percepción de la vida, disfrutar de su sentir de la evolución de la sociedad, de sus valores...Ha sido un extraordinario y único privilegio. Un privilegio, que a pesar de que ya no está con nsootros, está vivo en mí en m espíritu.

Un día compartió una de sus vivencias...

- José, no se que pasa con vuestra generación. No entiendo como vivís tan bien teniendo tan poco- Me comentó- ...No entiendo como podeís tener coches, casas, viajar todo el año...Yo no lo pude hacer hasta bien entrados los 40. En esta vida con tu abuelo, todo lo hemos comprado desde nuestro bolsillo. Me acuerdo...

"Que cuando a tu abuelo lo trasladaron a trabajar a Bilbao. Allá por los años 40. Era un ápoca complicada. La guerra civil estaba muy reciente, aunque poco a poco iba mejorando la economía. Erámos jóvenes, con dos hijos. Un nuevo hogar que montar. Habíamos dejado por un tiempo nuestra querida Barcelona, pero la oportunidad que el Banco le daba a tu abuelo era muy buena y decidimos aceptarla. No estuvimos mal en Bilbao. Teníamos que estar 5 años y estuvimos 7. Fuimos muy felices allí...Bueno allí y en todos la vida con tu abuelo.
Cada día íbamos a buscarlo a la salida del trabajo. Un día regresando a casa, nos detuvimos delante de la vitrina de una tienda de muebles. Allí estaba. Era una lámpara de Murano preciosa.
Tu abuelo vió el brillo de mis ojos y sin preguntar entró a la tienda a preguntar el precio: Era demasiado cara, no nos la podíamos permitir.
Al día siguiente volvimos a parar frente al escaparate. Era preciosa, reluciente, brillante, elegante...Realmente la quería para nuestro salón. Le dije a tu abuelo que ahorraríamos un poquito cada día para comprarla. Y ese hicimos. Separamos un poco cada día.
Después de más de tres meses, compramos la lámpara y lucía hermosa en casa"

- José no entiendo que la gente necesite tener tanto para ser feliz. Nosotros nunca pedimos un crédito para vivir,...y eso que tu abuelo como sabes era banquero! Y fuimos muy felices. Teníamos claro lo que teníamos y que eso era lo que nos abría las puertas a nuestra forma de vivir. Vivíamos desde lo que teníamos y no como ahora que se vive desde lo que debes!- sentenció.

Esas sabias palabras de una persona con 102,5 años de vida, de experiencia... las tengo presentes. es difícil pensar que esto se aplique en un mundo tan rápido como el de hoy. Muy diferente a los de los años 40. Pero cuando reflexionas posiblemente ese es uno de los problemas del porque estamos como estamos.

Si en los años 40, en los años de la lámpara, se vivía basicamente de lo que se tenía, es decir que se ahorraba el dinero y luego se compraba. El nivel de vida era proporcional a lo que la gente ganaba...En la primera parte del siglo XXI se vive de lo que se debe. Se disfruta de cosas, experiencias desde créditos. El apartado de lo que se tiene es mínimo y en ocasiones inexistente. La gente ha decidido vivir debiendo el coche, la casa, los ordenadores, los viajes, los muebles de la casa...Su nivel de vida está relacionado con la capacidad que tienen las personas de asumir el riesgo de endeudarse.

Y hay una gran diferencia entre vivir desde el tener el dinero a vivir desde deber el dinero.

Una de las lecciones de esta crisis profunda ha de ser de que no podemos vivir más en un mundo virtual, en el que debemos practicamente todo lo que disfrutamos. No podemos perder el equilibrio entre lo que tengo y lo que debo. Hemos de balancear este ratio, aunque ello suponga renunciar materialmente a cosas que deseamos.

Hemos de vivir desde la confirmación y la consolidación y no desde las expectativas. 

Seguramente no podemos esperar a disponer de todo el dinero ahorrado para adquirir alguna cosa, ya que el mundo, hoy, gira muy muy deprisa. No puedes perder posición temporal, pero si podemos comprarla cuando tenemos la certeza de que un grueso, una buena parte del su coste lo tenemos ahorrado.

Hemos de sacudirnos del polvo de lo material, para abrir el disfrute al ahorro. Y en esta actitud descubriremos el palcer que se vive en la espera de tener algo. El sentimiento de anhelo e ilusión mientras uno espera ahorrando y sueña como soñaba mi abuela con su lámpara. Como decía ella:

- José, al final no sé que me produjo más felicidad, cuando la compramos o los tres meses que soñaba con tenerla. En cualquier caso, los dos momentos los viví con mucha felicidad...ya que sabía que al final solamente era una lámpara y lo que me hacía sonreír el alma era verme toda la familia unidad y abrazada.

Actuar desde la consolidación y no desde la expectaiva, es la mejor manera de asegurar que uno avanza con determinación, con fluidez y positividad en este mundo en el que hemos de dar paso al espacio "Esto lo tengo y no lo debo"


miércoles, 26 de septiembre de 2012

DESCUBRE LO BUENO QUE HAY EN TI!


Un cargador de agua en la India tenía dos grandes vasijas que llevaba encima de sus hombros colgadas a los extremos de un palo. Una de las vasijas era perfecta y entregaba el agua completa al final del largo camino desde el arroyo hasta la casa del patrón.
La otra vasija tenía una grieta por donde se iba derramando el agua a lo largo del camino. Cuando llegaban, sólo podía entregar la mitad de su caudal.
Durante dos años se repitió día a día esta situación. La vasija perfecta se sentía orgullosa de sí misma, mientras que la vasija agrietada vivía avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable por no poder cumplir a cabalidad la misión para la que había sido creada.
Un día, decidió exponerle su dolor y su vergüenza al aguador y le dijo:
-Estoy muy avergonzada de mí misma y quiero pedirte disculpas.
-¿Por qué? –le preguntó el aguador.
-Tú sabes bien por qué. Debido a mis grietas, sólo puedes entregar la mitad del agua y por ello sólo recibes la mitad del dinero que deberías recibir.
El aguador sonrió mansamente y le dijo a la vasija agrietada:
-Cuando mañana vayamos una vez más a la casa del patrón, quiero que observes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.
Así lo hizo y, en efecto, vio que las orillas del camino estaban adornadas de bellísimas flores. Esta visión, sin embargo, no le borró la congoja que le crecía en su alma de vasija por no poder realizar su misión a plenitud. Al volver a la casa, le dijo el aguador:
-¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre supe de tus grietas y quise aprovecharlas. Sembré flores por donde tú ibas a pasar y todos los días, sin tener que esforzarme para ello, tú las has ido regando. Durante estos dos años, yo he podido recoger esas flores para adornar el altar de mi maestro. Si tú no fueras como eres, él no habría podido disfrutar de su belleza.

En muchas ocasiones estamos ciegos a lo que aportamos a los demás. Pensamos que los demás, por ser más listos, más altos, más guapos, más ricos...son mejores. Y no no es así lo que realmente alimenta la vida son las pequeñas cosas que damos. Las cosas que incluso no somos conscientes de que damos. Aquellas cosas que sabemos que podemos dar.

Supongo que es fácil de verlo, solamente es fijarte en aquello que genera una sonrisa y de vez en cuenta un "muchas gracias".

Hay que estar orgulloso de uno mismo y estar más abierto a aceptar como eres, y aquello que puedes aportar.

lunes, 23 de julio de 2012

¿INSOMNIO O SOMNIFERO?...DEPENDE DE TU ACTITUD

- Piriripipí.

El canto de un pájaro me despierta de un sueño muy pero muy profundo. Miro el reloj y me quedo helado cuando veo que son las 6:30 de la mañana!!!. "Con el sueño que tengo y este pájaro va y me despierta. Hoy que podía dormir hasta muy tarde. Toda la semana madrugando y hoy Sábado ...va y me despierta el dichoso pájaro!", me enfado.

Intento volver a dormirme.

- Preprepre,...pripipiripipiri- Más pájaros se unen al primero y se ponen a cantar con fuerza.

No hay forma. Se van sumando un pájaro después de otro. " Con lo cansado que ando yo...para que ahora me pase esto!!...", mi enojo va en aumento. Doy vueltas y vueltas a la cama. Intento amortiguar el ruido tapándome la cabeza con la sábana.

- Piripiriii..Preprepre...piupiu...- más especies que generan cantos de sonoridades diversas se unen al festival de pájaros.

" La sábana no es un buen aislante", me digo frustrado. El ruido se vuelve insoportable. Mi desvelo se acentúa y los inoportunos cantos van llenando de forma insoportable mi cabeza. "dichosa naturaleza", maldigo.

- Kirkirkiki!

"¡Pues el último que faltaba para la fiesta!", maldigo. Un gallo está anunciando el despertar de la mañana. Es la gota que colma el vaso de mi paciencia. Todo el mundo se ha alineado en mi contra y no me dejan dormir. No me dejan descansar de la dura semana de trabajo. No me dejan descansar de la altísima exigencia que la velocidad de esta sociedad te obliga a tener en toda la semana. No me dejan disfrutar del descanso esperado del Sábado por la mañana. Me desespero.

Inquieto, vuelvo a intentar aislarme del ruido de los cánticos poniendo la almohada con fuerza contra mis orejas para tapar completamente mis oídos. Los ruidos se atenúan, parece que funciona, y mi inquietud se reduce. "Que bien por fin voy a poder volver a dormir!", me digo contento de haber alcanzado la solución. 

Después de unos diez minutos, parece que vuelvo a coger el sueño, pero mis brazos me empiezan a doler. Estoy haciendo demasiado fuerza con la almohada para poder taparme los oídos, que también me empiezan a doler. "Esta posición no es cómoda", me digo. Y suelto la almohada, y  como esperaba vuelven los sonidos penetrantes:

- Piu,piu,piu...preprepre, pirriiripi... Kirikirikiri!. 

"Ya veo que va a ser realmente imposible vencer a estos pesados y energéticos animales. Tan activos de buena mañana...¿Qué habrán comido?", me digo asumiendo la derrota.. Decido dar por finalizada mi estancia en la cama. Me han obligando a despertarme. De reperente un canto melódico hace dar un giro a mi mente. Es un canto precioso. armonioso, especial...

¿Será un estornino?, ¿será un jilgero?..."la verdad es que no tengo ni idea de pájaros, pero suena muy bonito", me digo.

Distingo otro canto de pájaro. Y otro parecido pero entonado diferente. Poco a poco me concentro en cada uno de los diferentes sonidos y voy descubriendo un precioso conjunto de diferentes sonidos. Me empieza a gustar. 

Distingo juegos de cantos. Después de un piripi, otro pájaro entona un pipipipi. Si, ha pasado ya dos veces. "A ver si pasa más", me reto a observar. Y si pasa dos, tres , cuatro veces...¡Se están hablando!.

El gallo vuelve a usar su inconfundible potencia para confirmar que ya es de día. "Cuantas generaciones de personas han tenido al gallo como despertador de jornadas y jornadas de trabajo..." reflexiono. Esto me hace respetar al gallo.

Me siento un privilegiado de estar escuchando el concierto más bonito que alguien pueda haber escuchado,..y escuchando, escuchando, escuchando, escuchando... me duermo profundamente.

El mismo ruido que era insomnio se volvió somnífero...Las cosas depende solamente de la forma como las miras.




domingo, 1 de julio de 2012

LOS TRES PASOS DE LA OVEJA

Seis y media de la mañana. No puedo dormir. No tengo demasiadas preocupaciones, las normales de una persona que vive este ajetreado mundo...Pero mi cuerpo ha dicho basta de descansar.

Por la ventana de la habitación del Hotel entre ya la luz de la mañana. Es verano y amanece muy pronto...demasiado pronto!.

Me deperezo del incómodo nórdico que cubre mi cuerpo. "No se manía tienen estos países del Norte de Europa de usar el incómodo nórdico en lugar de sábanas...Como Diós manda!!.", me digo enfadado. He pasado toda la noche, como siempre que duermo en estas condiciones, estirando el nórdico hacia arriba, dejando al aire los pies, y entonces hacia abajo, dejando el cuerpo sin cubrir, ¡Que mareo!...

Me levanto y voy hacia la ventana. Por el cristal puedo apreciar el típico paisaje de la campiña holandesa. Sus prados verdes, sus canales, sus lagos,...Algún molino de viento salpica con gracia la visión. Es bonito.

Me decido a salir a gozar del entorno. "Me sentará bien una caminata antes de que empiece la intensa y larga jornada de reuniones que me espera. Tantas horas sentados, discutiendo, hablando, conversando, escuchando, apuntando, decidiendo...Y encima no pararemos ni para comer. Nos servirán unos bocadillos, sin parar de la reunión...Siempre lo hacen así.", me digo.

Una vez encaminado, inicio el paseo cogiendo uno de los carriles para bicicletas que va paralelo a la carretera del Hotel. Aquí en Holanda todo está muy bien ordenado, aunque estemos en al campo, todo está señalizado, está muy bien organizado. Aparece la primera pradera: Preciosa...Está llena de flores de todos los colores, blancas, lilas, violetas, rojas, azules, naranjas, amarillas..."Esta vistosa alfombra de flores silvestres es un buen comienzo del día. Ha sido una buena idea salir a caminar", me felicito.

Huele muy bien. Huele a mañana fresca. Es difícil describir que tipo de olor es...Huele a hierba mojada, huele a frescor, huele a limipio, huele a humedad, huele a perfume suave de flores...Huele muy bien!...Y esa olor va despertandome poco a poco, con suavidad y armonía. Esa relajación se adorna con el paisaje de los campos verdes, las flores, los canales, los pequeños senderos...De repente un timbre me sobresalta. Una bicicleta, a toda velocidad, pasa a pocos centímetros de mí...¡Que susto!. Oigo unas palabras que no entiendo pero por el tono no debían de ser muy amables..."¿Debería de ser que tenía que ir por el otro lado?, pensé.

La pradera dá paso a un pueblecito lleno de casas de campo. Todas iguales con sus techos muy inclinados y sus pequeñas ventanas de madera le dán un aspecto romántico al entorno. No se observa movimiento. Todo tranquilo, no se oyen ningún ruido...

Pacen vacas y ovejas en los prados. Todas ellas yacen en el suelo, moviendo mecánicamente las mandíbulas de un lado al lado. "Estas han desayunado pronto", me rio.

Una de las ovejas yace en la linde del campo, tocando al camino. Me acerco a ella. Tiene un color blanco nítido y pulcro. Me llama la atención e instintivamente me acerco a ella..."¿A ver que hace?", la reto de forma silenciosa. Estoy muy cerca. Ni se inmuta. Continua tranquila, masticando, a lo suyo...Como si yo no estuviera. Yace tranquila. Impávida. "Igual no me ha visto", me pregunto. Pero si, si que me había visto, porque de repente la oveja gira la cabeza en mi dirección y me mira.

Sus profundos y negros ojos se cruzan con los míos. Me observa con atención pero sin un ápice de inquietud. Continua en la misma posición, masticando. Su mirada es tranquila, sosegada y reposada....¡Impresiona!, hasta cautiva..."Esta oveja está feliz, a su rollo, con sus pensamientos,...¡Realmente dá envidia de lo feliz que está!", me digo. "Supongo que si explico que me ha sorprendido la calma de una oveja la gente me tomará por loco, pero así es", me continuo diciendo.

La oveja permanece imperturbable. Creo que debería de tener un contacto mejor. No puede ser que una simple oveja holandesa cualquiera me ningunee de la manera tan descarada que lo está haciendo. Así que en un alarde de dominio y de demostrar quien es el rey de la situación la llamo en voz alta:

- ¡Heyyy!...¡Oveja!

La oveja da un brinco del susto que se pega. "Ya sabía yo que iba a tener yo el mando", me digo.
La mirada sosegada del animal llena de pavor, de pánico. El brinco la hace levantar del suelo y dar tres pasos. Se detiene y se vuelve a estirar en el prado. A eso, tres pasos de donde estaba antes.

¨¡He ganado!....¡La oveja ha visto quien manda!", me digo orgulloso y soberbio. La oveja se ha distanciado y vuelve a lo suyo, a rumiar tranquilamente. Entonces la oveja se gira hacia mí. Sus potentes ojos se vuelven a cruzar con los míos. ¡Vuelven a estar imperturbables!...¡Serenos!. Aparta su mirada de mí como desafiando que no le interesa mi presencia y suelta un intenso balido, que yo interpreto como un: 

- La que he ganado soy yo!

Vuelvo al camino, es hora de retornar al Hotel. Pienso en los tres pasos que la tranquila oveja había efectuado para alejar a la negatividad que le estropeaba su momento. Los tres pasos que la había devuelto la serenidad, Los tres pasos que la había devuelto a la seguridad de un entorno positivo. Los tres pasos que había controlado con la distancia suficiente a la amenaza. Los tres pasos que alejaban lo que le daba inestabilidad al momento. Los tres pasos del problema. Los tres pasos que hacían que podía continuar con los suyo aunque el lugar fuera diferente...

Era lista...La oveja con los tres pasos se había alejado del ruido externo molesto. Pero nunca había perdido la actitud sosegada, una actitud de calma hipnotizadora.

Ojala pudiera tener esta sensación de sosiego. En ese momento la estaba sintiendo. No sé si por el paseo, por la frescor de la campiña holandesa, por la oveja o por lo que fuera...Lo sentía. En ese momento sentía la misma sensación de calma y tranquilidad que me había mostrado la oveja holandesa. "Voy a aprender a dar estos tres mágicos pasos. Estos tres pasos suficientes para tomar la distancia de seguridad de mi calma de mi sosiego interior. Los tres mágicos pasos que me han de permitir alejarme de aquello que no me guste, de aquello que me genere sensaciones negativas, de aquello que amenace mi tranquilidad", me dije con convicción.

Los tres pasos necesarios que la oveja ha hecho para continuar con la parte agradable de la vida.


martes, 26 de junio de 2012

NOS TOCA A NOSOTROS CAMBIAR PARA CAMBIAR


En muchas ocasiones nos hemos encontrado en que los resultados logrados en una plan de no han sido satisfactorios. Nos hemos encontrado que hemos trabajado intensamente pero no se ha podido cumplir las expectativas.

No siempre las causas han sido internas del equipo o de la estrategia, sino que el entorno y sobretodo las variaciones de este han jugado un papel relevante en el desenlace.

La tentación es analizar la situación e intentar abordar el problema o el reto con las mismas claves que has utilizado, pero introduciendo los factores externos que han variado. Generalmente proceder en este sentido es la invitación a volver a errar, volver a obtener un mal resultado del plan.

Si uno quiere lograr cosas diferentes, el único camino es de trabajar diferente. De introducir sistemas nuevos de gestión, de evolucionar en la manera de enfocar las cosas, de desaprender de la metodología que sigue.

Hoy, con tanta crisis, con tantos cambios, algunos de ellos estructurales de elevado calado social y económico, es uno de aquellos momentos en los que la sentencia de "para lograr cosas diferentes has de trabajar de forma diferente" adquiere un protagonismo estratosférico.

Hoy, vivimos en un mundo absolutamente diferente al de hace dos años!!!!...La recesión económica ha generado un trastorno social increíble. La bonanza económica de muchas casas se ha convertido en paro y desempleo de la noche a la mañana.

Hay un anuncio en televisión que dice que hay que "desaprender". Si estoy de acuerdo!...Estamos en unos momentos de la historia que hay que desaprender. Hay que pensar en formas nuevas de trabajar, en estrategias diferentes, en modelos de coordinación diferente. Y el que más rápido desaprenda y se desprenda de los tics de la pasada etapa, más rápidamente entrará en dinámicas positivas.

No valen los análisis de tiempo pasado. Hay que olvidarse del pasado. Hay que borrarlo de la mente. Las claves y los factores esenciales ya no son válidos.

Hay que estudiar bien a fondo la realidad actual, hay que entender e intuir hacia donde va a ir el futuro. Un futuro con menos brillo para la sociedad que el pasado. Pero a la postre un futuro que nunca se sabe si será mejor o peor que el pasado. No todo en esta vida es el dinero. El futuro también tiene uan dimensión humana, de valores...Igual retornamos a valores perdidos en la edad de oro de la construcción y de la especulación!

No es fácil visualizar el futuro, pero lo que si que es claro que el futuro se ha plasmar en clave de reducción de la disponibilidad de liquidez, de la reducción de los servicios públicos, de la mayor presencia privada en los servicios del bienestar,...Aspectos que pueda que esté en contra e incluso deteste, pero la realidad hay que verla con los ojos de la objetividad máxima.

El primer paso mental es no lamentarse de la situación. Aceptar la situación actual como las características del momento que nos toca vivir y de la situación a gestionar, de la base sobre la que construir las estrategias, planes, acciones...

Hay que pensar diferente, hay que analizar diferente, hay que diseñar diferente, hay que planificar diferente, hay que organizar diferente, hay que implementar diferente, hay que revisar diferente, hay que controlar diferente, hay que evaluar diferente, hay que valorar diferente....para lograr ahcerlo bien en este tiempo diferente.

Hay que llorar por lo que perdemos el tiempo necesario, pero no más. Continuar con el lamento es perder un tiempo precioso a destinar a construir.

La vida nos está dando la oportinidad de aprender cosas nuevas, de vivir situaciones diferentes, de sacar de nosotros mismos ideas nuevas, de aumentar nuestra autoestima viendo que somos capcaes de poder ver un hilo de esperanza en esta oscuridad social y económica. Sentir que somos protagonistas de esta nueva etapa de la evolución humana. Sentir que vamos a ser los arquitectos, diseñadores y constructores de una forma nueva de sociedad...Y la responsabilidad está en nosotros no en otras personas. Aceptemos el reto, aceptemos la responsabilidad y pongamos manos a la obra.


Cambiemos las cosas para cambiar, sin olvidarse de que lo hacemos para que podamos tener una sociedad mejor para todos...Que seguro que será así.

miércoles, 13 de junio de 2012

EL VALOR DE LO QUE HAGO...

Erase una vez, una historia que es real pero que la explico como sino lo fuera...

"Había llegado el momento. Uno de los momentos importantes de la vida. Iban a ser padres por primera vez. Y al verdad es que  los dos, Juan y Ana tenían muchas ganas. Había sido un embarazo lleno de altibajos,...bueno más bajos que altos!. Ana se había  sentido mal todos los interminables nueve meses. Después de los incómodos vómitos de la primera parte del embarazo , vinieron los males de espalda, la pesadez, el azúcar...Y Juan con paciencia le había ido ayudando, pero aunque ello mermó también su energía.

Hoy todo aquello podía ser historia. Era el día que Miguelito, su hijo, iba a asomarse al Mundo. Era el día del final de las pesadillas del embarazo y el inicio de la responsabilidad de traer al Mundo una nueva vida. En el fondo, aunque ninguno de los dos se lo decía ello les imponía y mucho. Les daba más respeto y miedo que no los abatates del embarazo.

Nació Miguelito. Oyeron su llanto. Ana lo abrazó y lloró de alegría. Juan lo abrazó y dió gracias a Diós por traerles un niño tan hermoso. Pero no pudieron disfrutar de más de quince segundos. La enfermera se llevó a Miguelito...Querían revisar su salud. Parecía que alguna cosa no había acabado de ir bien.

Ana y Juan se miraron y después de escuchar las palabras de la enfermera se quedaron atónitos. No podían creer que algo hubiera pasado mal. Que su querido Miguelito estuviera enfermo...Se abrazaron profundamente. Ana lloraba preocupada y desconsoladamente y Juan intentaba tranquilizarla. Aunque solamente era por fuera, ya que por dentro rezaba sin descanso a para que no le pasara nada...

Miguelito había nacido con algún problema (Que no viene al caso para la historia). Y se mantuvo en la incubadora. Los primeros días perdió peso y ello dejo preocupados a todos... El sufrimiento era enorme. La sensación de impotencia de no poder hacer nada por él inundaba con tristeza los corazones de Ana Y Juan.

Era importante que Miguelito cogiera peso, era importante que fuera recuperando cada día.

Al tercer día la enfermera hizo pasar a Ana a la operación de pesaje. Miguelito había ganado peso por primera vez en tres días!!...Ana estaba alegre, muy alegre...Miro a Miguelito con todo el amor del mundo, miro a Miguelito con lágrimas que corrían por sus mejillas, miro a Miguelito...Y de repente supo que se curaría, supo que iba a ganar peso, supo que algo pequeño del empeño de Ana vigilaba para que su hijo ganara peso cada día, algo inesperado, algo sorprendente, algo que le daba mucha seguridad a Ana....Había mirado la báscula y se había fijado que las células de pesaje del aparato eran de su empresa. Eran las células de pesaje que ella controlaba cada día en su empresa. Era su emepño diario, era su complicidad profesional, era su energía de hacer las cosas bien, era su sudor laboral...

Sabía que esa energía positiva y empeño que ella ponía cada día en hacer su trabajo le ayudaría a hacer que su hijo ganara peso...Sus células de pesaje la iban a ayudar!!!

Así fué. Miguelito se recuperó rápidamente y salió del hospital.

A los tres días Ana se fue directa a su empresa, se sentó en su puesto de control de la producción de las células de pesaje... y con gozo y satisfacción se dijo a sí misma:

Mi trabajo tiene sentido de vida, es capaz  de tener una misión en esta vida, en mi vida!"

...Cuantas cosas hacemos y no miramos el valor social, moral y real de lo que hacemos...

miércoles, 6 de junio de 2012

SI LO CREO LO VEO...


Dicen que...

"Aunque a Tomás se le anuncia la resurrección de Jesús, se niega a admitirla: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré." Ocho días después, Tomás toca con sus propias manos las heridas de Jesús en las manos y en su costado. Jesús le recrimina haber necesitado ver para creer. "

Y como vamos a afrontar con ilusión y fuerza el futuro, que es un lugar del tiempo que es tan incierto y inconcreto que aún no existe, donde todo es intangible....Como lo vamos a querer enfocar desde nuestra necesidad tangible de tocas las cosas, desde el "si no lo veo no me lo creo", desde esa parte de Santo Tomás que tenemos todos,... si nadie sabe lo que va a pasar!!

La fuerza de las personas, su energía, se alimenta de superar las adversidades. Son los resilientes los más fuertes. Y esa crosta que se va formando a base de experiencia es la que da alas a emprender pasos hacia delante sin esperar a tocar, sin esperar a ver que pasa.

Hemos de querer tocar menos y creer más en nuestra fuerza interior en lo maravilloso del  mundo intangible , en la fuerza de nuestras emociones.


No hace falta tocar para creer, no hace falta tocar para a convencernos...el mundo gira demasiado deprisa como para esperar a tocar, esperar a ver que pasa. . Si lo hacemos estamos perdiendo un tiempo precioso. Y si lo hacemos una vez tocado el tema una vez que ha pasado y tenemos la certeza del resultado...Levantaremos la cabeza y veremos en el horizonte, muy a lo lejos, muy lejos de nosotros...a alguien que no esperó a tocar, . A alguien que creyó sin tocar, que no esperó a que pasara, sino que seguramente hizo que pasara... y que continuó hacia adelante. Y esa distancia ya no la volveremos a recuperar...Y mucho menos si delante de otro percance esperas a volver a tocar, volver a esperar que pase y espera cuando pase, si pasa...Continuando creyendo en el "si no lo veo, no lo creo".


Y mientras alguien estará avanzando feliz y satisfecho haciendo pasar las cosas, intuyendo lo que pasará y posiblemente construyendo entornos para que ello sea posible. Porque estará creyendo en el "si lo creo, lo veo"


martes, 22 de mayo de 2012

DE LA MEJOR HAMBURGUESA AL CIERRE

El otro día compartía comida con una persona que comentaba su visión actual de la economía española. Reflexionaba acerca de la política de recortes actuales. Del enfoque sin miras estratégicas. De las medidas directas sin tener presente que se quiere ser y a donde hemos de ir enfocados...A pesar de la crisis.

En un momento de la conversación, comentó:

"Esta política de ir mermando poco a poco a base de recortes y más recortes,...es como el de aquella Hamburguesería...

Dice que era un local que servía las mejores hamburguesas de la ciudad. Un local con una iluminación preciosa, incluso algo excesiva pero que embellecía el local. Buenas mesas y cómodas sillas, carne de primera calidad, con panecillos cocidos en el momento, con salsas de varios tipos a disponer libremente, con servicio de camareros a la mesa....Un gran local en el que siempre hacía cola la gente para sentarse.

Su propietario estaba muy feliz peque las cosas iban muy bien desde hacía muchos años.  Esto le había permitido enviar a su hijo a estudiar económicas a la mejor Universidad del Mundo: Harvard.  Y hoy llegaba de haberse graduado.

Llegó el hijo y a los pocos días de estar por el bar le dijo:

- ¿Papá, es que no te has enterado de que existe una crisis muy grande, que la economía está muy mal?
- Si, lo leo y lo oigo cada día, pero en el bar la caja siempre está bien, siempre hay cola y la facturación va bien como siempre.
- Tienes que empezar a optimizar gastos para prepararte para lo que viene!!

El hijo se puso al frente del plan de mejora. Su padre orgulloso del "Havard" que tenía en casa, le hacía caso de todo.

Empezaron por las luces, "Demasiada iluminación, es un gasto enorme de electricidad. Con al mitad podemos pasar".
Después las salsas, " Vamos a poner raciones individuales, así gastaremos menos y al final usan la misma cantidad".
La calidad de la carne, " Vamos a cambiar al proveedor o decirle que ajuste los precios de la carne"
Los panecillos, "que venga ya cocidos y más baratos"
La rotación de clientes. " eliminemos estas mesas tan grandes y pongamos más pequeñas, con taburetes, para que la gente rote más y no esté tanto tiempo"
El personal, "Que la gente vaya a buscar la comida a  barra"
...

Cada recorte era una gozada de ver como los costes operativos del local bajaban de forma significativa. El hijo así se lo hacía notar al padre. A pesar de que lo que le preocupaba al padre es que la facturación lentamente iba descendiendo.

Después de 6 meses, y a pesar de los recortes mágicos del licenciado en Harvard,...tuvieron que cerrar. Una vez cuando la persiana del local estaba bajada, el padre se dirigió al hijo, lo abrazó profundamente y le dijo:

- Gracias hijo mío por avisarme de esto de la crisis. Era tan grave como me decías. Teníamos toda la razón, la crisis se ha cargado nuestro negocio de más de 40 años!...Y suerte que estabas tu para gestionar todo esto"

Hay que atacar los recortes y las optimizaciones siempre teniendo in mente y sin perder al visión del camino que estas haciendo. De los que quieres ser  y que quieres desarrollar. A veces disponer de menos recursos te hará progresar más lento, pero siempre en la misma dirección.

Cuando pierdes la razón por la que existes, al razón por la que tu negocio o actividad tiene éxito, puedes llegar a actuar de forma errónea, llevando a la deriva o al cierre actividades rentables, viables y positivas a pesar del entorno en el que conviven. Porque siempre existen cosas positivas en entornos negativos.






viernes, 11 de mayo de 2012

NO HAS DE TRABAJAR EN LO QUE TE GUSTA, SINO GUSTARTE EN LO QUE TRABAJAS


Hoy he leído la siguiente receta que da Geoffrey James sobre una buena gestión: "8 creencias de una buena gestión". Me ha parecido una buena guía, sobre todo en el primer tema:

1) El negocio es un ecosistema vivo y no un campo de batalla.

2) Una empresa es una comunidad de personas humanas y no una máquina.

3) La gestión es un servicio y no un control.

4) El equipo lo forman colegas de alta cuantificación y no niños inexpertos.

5) La motivación viene por la visión y no por el miedo.

6) Los cambios son crecimiento y no dolor.

7) La tecnología ofrece crecimiento y no automatización sin alma.

8) El trabajo debería de ser divertido y no mera tarea.


...Y yo añadiría la frase que me dijo mi abuelo y que nunca olvido.. "No has de trabajar en lo que te gusta sino gustarte en lo que trabajas"

jueves, 3 de mayo de 2012

CAMBIAR NO ES MIEDO ES VIDA

El cambio dicen que siempre lleva adherido el miedo. Miedo a lo nuevo, miedo a perder lo que tenemos, ya que lo desconocido no sabemos que nos deparará. Parece como si las personas se sintieran más cómodas en el conservadurismo de continuar con lo tenemos ("Más vale malo conocido que sabio por conocer"...dice el dicho popular!)...Aunque no todo el mundo piensa igual.

En un análisis que hicimos hace ya tiempo, de 4 personas, 1 está por el cambio, 1,5 está totalmente contrario a cambiar y el resto espera a ver los acontecimientos del que lidera la situación, sea estabilidad o sea cambio. Por lo que realmente a favor del cambio está una minoría de las personas.

Pero la vida es un cambio continuo: cada día cambiamos nuestra edad,..Cambian los árboles, el cielo, el tiempo, al climatología, las estaciones, los colores de las hojas, cambian las tendencias, cambian las formas de pensar de la sociedad, se mudan los insectos, se pasan generaciones a generaciones, cambian los gobiernos, cambia la arquitectura, cambian las tecnologías cotidianas...

Todo está en evolución...¿Es natural aferrarse a no cambiar, o precisamente el no vivir con cierta relación esa evolución? , ¿Ese cambio es lo que nos produce ansiedad y miedo?

Los cambios son necesarios para crecer, para adecuarse al devenir del tiempo. Y para ello hacen falta tres actitudes o conductas:

HUMILDAD: Para cambiar hay que identificar claramente que se está haciendo mal. Eso implica una buena dosis de autocrítica sincera. Significa reconocer que alguna cosa decidida en el pasado por uno mismo no ha dado el fruto deseado o bien lo dió pero ha quedado obsoleto.

VALENTIA: Cambiar es trazar un camino en el futuro, es decir imaginar que pasará mañana y dibujar el cambio, el plan. Seguramente será después de analizar las cosas con profundidad, pero no dejará de ser una intención de ir hacia algún lugar y en un tiempo que aún no existe y por lo tanto nadie sabe como será.

PERSEVERANCIA: Porque este dibujo realizado en el espacio virtual del futuro no tiene porque funcionar a la primera. Aunque si uno tiene la convicción de lo que quiere lograr, se puede equivocar en el como todas las veces que su depósito de perseverancia le permita.

Aunque cambiar te renueva,...Siempre he pensado que al final no cambias ni "que" ni "quien", sino que evolucionas en el "como". Hay sentimientos y afinidades que quedan eternamente grabadas en tí o en tu corazón, y la gracia está en como las vas evolucionando. Cuando un mismo quien y un mismo que se conjugan con diferentes "comos" a lo largo de la vida es cuando cogen la grandeza y la dimensión de la eternidad.

domingo, 12 de febrero de 2012

LA VIDA REAL NO ESTA DETRAS DE UN TECLADO


Supongo que lejos quedan los tiempos en los que las personas tenían solamente una dimensión de comunicación. Cuando no existía ni la escritura, la existencia del ser humano y de sus relaciones se desarrollaba a través de las conversaciones, discusiones, reflexiones, acuerdos,... cara a cara.

La escritura introdujo una de las dimensiones más importantes que existen, y es el de comunicarse con alguien sin hablar con él. Expresando de forma directa los pensamientos y las emociones en un papel. Con el sentimiento y el raciocinio transmitido a los dedos, estos hábilmente han ido plasmando los mensajes a comunicar en superficies que han ido cambiando desde la piel de animales, el pergamino al papel reciclado. La letra del escrito era el espejo del estado anímico del que escribía. Se podía apreciar, nerviosismo, impaciencia, ira, alegría, amor,...La ortografía dejaba ver entre sus trazos la parte emocional del que estaba escribiendo.
A pesar de abrir un frente atemporal de la comunicación, la escritura continuaba exhibiendo mas emociones.
Rompió esa dimensión la aparición de la máquina de escribir. Teclas regulares que escribían de la misma forma. No existían pistas de las emociones en la forma de escribir. Se había acabado el “como” se escribía. Si alguien escribía con ira, seguramente apretaba las teclas de la máquina con más fuerza,...pero la letra siempre se escribía de la misma forma. Las emociones encontraban la barrera del teclado y no podían fluir más allá. Se tenían que interpretar de la semántica y del vocabulario escrito. Y eso, abrió un campo infinito a las interpretaciones.
El uso y actual abuso de la comunicación electrónica ha convertido este sistema de comunicación en algo común, popular y habitual. Y ello ha conllevado aspectos como la aparición de una comunicación agresiva. Presente de forma amplia en internet o en la dimensión electrónica de la vida actual. El uso de lenguaje soez, despectivo e irrespetuoso campa por sus anchas en twitters, blogs, Facebook y otras redes sociales. En este entorno electrónico y virtual abunda más el "todo negativo", que los escritos "en positivo".


¿Será que es un buen refugio de las personas que sienten impotencia de cambiar el mundo real?
La posibilidad de difamar es gratuita e incluso si el difamador es habilidoso con las tecnologías es capaz de situar su mensaje en una muy buena posición de google, lo que le dará visibilidad en la red. Adicionalmente emerge una cobertura protectora de esto con las normas no escritas de la red, que no entran en cuestionar si lo que afirma está o no basado en la realidad. Son los principios de la red (libertad de expresión!?).
Lo curioso es que esta endogamia de las redes sociales acaba deborando a los usuarios, creyendo que el mundo solamente gira alrededor de eso. De sus comentarios, sus twitts, sus posts...Y no!! el mundo es más amplio que eso. Además la voracidad con que esta sociedad quema las noticias los hace efímeros. Los post y los twitts se confunden unos con otros y se pierden en la inmensidad de la masiva información disponible.
Afortunadamente existe gente con sentido común que entiende que siempre la comunicación veraz, la eficiente es aquella que se lleva a cabo cara a cara, aquella en la que la presencia física está presente. Y estoy totalmente de acuerdo. Las personas somos un conjunto de emociones.
Esas emociones se alimentan del calor humano, del aprecio y de la humildad de pensar que los demás también pueden llegar a tener toda la razón. Nadie es el que tiene la verdad, por muy escondido que se encuentre detrás de su seguro refugio del teclado.
Hay que poner el contacto humano por encima del frío mensaje electrónico.

jueves, 2 de febrero de 2012

SI, SI O TAMBIEN

A Luís le encantaba la música. Desde muy pequeño le había fascinado oír las melodías en cualquier lugar. Soñaba con música, vivía con música. Desde hacía un mes era el chico más feliz de la tierra. Le habían regalado la soñada flauta por su treceavo cumpleaños.

Su querido instrumento se había convertido en su inseparable compañero. Iba con él todo el día. Sabía que tenía que ser prudente y solamente la hacía sonar cuando no había nadie cerca. Era muy cuidadoso en no molestar a nadie. No quería que le regañaran por ello y quedarse sin su tesoro.

Su vida dió un giro inesperado cuando se enteró que el profesor de música de la escuela iba a dar clases particulares de forma gratuita. Lo había anunciado en el colegio: "Cada miércoles por la tarde a partir de las 5 voy a dar clases de música gratuitamente. Si alguien quiere apuntarse que pase por casa". Esas palabras resonaban con ilusión e impaciencia en la mente de Luís desde esa mañana. Contaba las horas, los minutos, los segundos que faltaban para acabar el colegio. Tenía que llegar cuanto antes a casa del profesor. "Que bien, ahora sabré tocar mejor la flauta. Me enseñará nuevas canciones...", se repetía a sí mismo.

Llegó la hora de salir de la escuela. Se fue raudo a casa. Sabía que antes de ir a casa del profesor tenía que recibir el permiso de su madre. Le costó más de la cuenta. Tuvo que aceptar la condición de aprobar todas las asignaturas y la de limpiar el jardín cada Sábado. Sobretodo lo segundo era una condición muy exigente, pero aprender música era un estímulo demasiado importante para él.

Salió a toda velocidad de casa, enfiló la cuesta que separaba su casa de la del profesor. No recordaba nunca haber corrido tan rápido. Los pies no le tocaban el suelo, la respiración se le entrecortaba. Estaba extasiado de felicidad.

Llegó a la casa, era imponente. Una gran puerta de color negro presidía la entrada principal. Buscó el timbre pero no lo encontró. En su lugar había un enorme picaporte en el centro de la puerta. Lo cogió con fuerza y golpeo dos veces:

- Toc-toc- sonó.

En unos segundos se abrió la puerta y apareció el profesor de música. A él no lo conocía, ya que aún le faltaba dos años para que pudiera tener la asignatura, pero no tendría que esperar esos eternos dos años...ahora la podría tener desde ya!.

-¿Si?- preguntó el profesor.
- Vengo a apuntarme a las clases de música- contestó con energía y decisión Luís.
- Pues bien que lo siento....- sorprendió el profesor.
- ¿?
- Ya tengo llena la clase. Han venido ya 10 chicos y la verdad es que ya son demasiados. Lo siento pero no te puedo aceptar.

Y cerró la puerta delante de Lluís. Estaba paralizado. No se podía creer lo que estaba escuchando. ¡Se había quedado sin clases de música!. La desolación le hizo aparecer una lágrima en el rostro, después otra, después otra, y otra y muchas más. La ilusión de su vida se había esfumado en un segundo. Dio media vuelta, acarició con cariño y suavidad a su amiga la flauta y emprendió camino a su casa, cabizbajo entre sollozos..

- ¿Que haces aquí?- le preguntó su madre  con sorpresa al verlo.
- La clase ya estaba llena y no me han cogido.

Su madre sonrió y acariciando su negro cabello le dijo:

- ¡ Luís, has de luchar por lo que quieres!

"¿Que quiere decir mamá con esto?", se preguntó. "Siempre con estas cosas de mayores...". Y se fue a hacer sus deberes. Era un chico aplicado, simpático y un punto travieso a la vez. Por eso todo el mundo lo apreciaba.

A la semana que viene, al acabar el colegio, volvió a la casa del profesor de música. Pensó que igual algunos de los alumnos del primer día no volverían. Tenía la esperanza que alguno causaría baja.

Llamó dos veces al picaporte. Esta vez con más suavidad y timidez. Apareció el profesor.

- Buenas tardes Sr. Profesor, ¿Puedo tener sitio en su clase?
- Ya te dije que tengo las plazas llenas.

Y cerró la puerta. Otra vez se había quedado sin clase. Toda la semana había aguantado con la esperanza de que alguno de los alumnos renunciaría a su plaza. Eso le había mantenido con ganas y fuerzas desde el Miércoles pasado. Pero era en vano.

Cuando volvió  casa se lo explicó a su madre. Y ella volvió a repetir:

- ¡Luís has de luchar por lo que quieres!.

"Otra vez con estas cosas raras...", volvió a pensar Luís. Realmente su madre no entendía lo que estaba pasando.

Al tercer Miércoles volvió para ver si había alguna baja. La misma respuesta del profesor y la misma frase de su madre.
Al cuarto Miércoles volvió y lo mismo.

Al quinto Miércoles,,... Su madre estaba ocupada y no podía pasar a buscarlo, por lo que tenía que ir a casa en solitario. Pensó que era mejor pasar primero por casa del profesor. Tendría la misma respuesta pero algo dentro de él le hacía perseverar en ir a probar. Se había acostumbrado a ir cada Miércoles y aunque sabía la respuesta no perdía la esperanza.

Era más pronto de lo habitual, por lo que seguro que sería el primero. Esto le despertaba aún más esperanzas. Golpeó el picaporte como siempre. La puerta se abrió y salió el profesor. Y esta vez le dijo:

- ¡Otra vez tu!...Pues mira , ahora que estas aquí- La esperanza se abrió para Luís. No le había dicho que no...- ¿Me quieres ayudar?
"Ehh? que?...el profesor me pide ayuda?...No me va a decir que no!". El corazón palpitaba con toda la fuerza del mundo. Se había quedado mudo de golpe.
- ¿Me ayudas o qué?- le inquirió el profesor.
- Si,si, si claro.
- Pasa.

La casa era muy agradable, había olor a romero, la lumbre del fuego hacía que al temperatura fuera perfecta, una música suave salía del salón principal. "Seguro que hoy por fin tengo clase de música. ¡Qué bien!", se dijo Luís nervioso. No cabía en su cuerpo de gozo y excitación.

- Se me ha caido la cortina y antes de que vengan los alumnos la tengo que colgar. ¿Me ayudas?- Comentó el profesor.

A Luís se le heló la sangre. "El profesor quiere que le ayude con una cortina...."

- Si claro- balbuceó.

La colgaron en apenas unos segundos. Y el profesor le dió las gracias y después de acompañarlo a la puerta  lo despidió. Cuando estaba a punto de cerrarla, le preguntó:

- Por cierto muchacho ¿Cómo te llamas?.
- Luís Perea Andrés.
- Gracias y Adiós Luís.

Luís estaba atónito, paralizado. Sentía en ese momento unos sentimientos encontrados. Por un lado había podido entrar en su soñada "escuela de música". La había visto por dentro. ¡Que bonita!. Y por otro estaba desolado; Había tenido cerca la opción de ser uno alumno más y no había podido ser. Se había quedado , como siempre, con la puerta cerrada delante de sus narices.

Pasó toda la semana siguiente con la esperanza de que los favores que había hecho al profesor le servirían para que lo aceptara. "Seguro que le he ablandado. Además ahora me concoe. Sabe mi nombre", se fue animando a lo largo de toda la semana.

Acudió al sexto Miércoles. Animado y féliz, cogió el picaporte y lo golpeó contra la puerta. Alguna cosa dentro de él le decía que ese sería un día muy importante. Salió el profesor y al verle le sonrió:

- Hola Luís.
- Hola profesor.
- Lo siento Luís pero ya sabes que no tengo plazas. De verdad que lo siento.

Que desilusión tan grande que se había vuelto a llevar. La sonrisa del profesor, el hecho que le llamara por su nombre le había devuelto la esperanza. Pero no. Las cosas estaban igual. O peor, la coletilla "de verdad que lo siento", era un augurio definitivo. Ya no había nada que hacer. Su sueño se había acabado. Después de seis semanas, de ayudarle a colgar la cortina, de que supiera que era él Luís...no habían servido para nada... Volvió a casa.  Su madre alegre estaba como siempre preparando la cena. Y otra vez le volvió a repetir, una vez más, aquello de:

- ¡Luís has de luchar por lo que quieres!

Pero esta vez Luís no iba a pasar por alto el comentario. Y le preguntó:

- ¿Mama? ¿Que quieres decir con que he de luchar por lo que quiero?. ¿Que quiere decir con  esto de luchar? ¿Quieres decir que me tengo que pelear?.- inquirió Luís a su madre.
 - No no te has de pelear con nadie por lo que quieres- Sonrió su madre sorprendida por el alud de preguntas- Luís, ¿Que es lo que más te gustar hacer?
- Aprender música, aprender música.
- Vale. lo sé!. Pues luchar es pensar que puedes hacer para que eso pase. ¿Estabas dispuesto a limpiar el jardín de casa por la música? ¿no?.
- Si.- respondió Luís después de un largo silencio. Odiaba el jardín y todos los trabajos que su madre le hacía hacer para mantenerlo.
-Y yo sé que no te gusta nada hacerlo. ¿no?.
- Nada.
-Pues eso que estabas dispuesto a hacer cosas que no te gustan para poder hacer cosas que te gustan.

Lo entendió pero no sabía como aquello podía hacer que el profesor cambiara de idea.

Llegó el séptimo Miércoles. Ya casi hacía dos meses que cada semana recibía  la respuesta negativa y el golpe emocional del cierre de la puerta. Esta vez igual. El profesor, recordando su nombre volvió a decirle que no tenía plazas. Ese era el peor momento de la semana, de su vida. Una enorme tristeza le invadía su interior y a pesar de que ya llevaba semanas, cada semana lloraba de rabia e impotencia. Suerte que su amiga la flauta, compañera fiel, estaba con él. Después de cada portazo, se sentaba en el mismo banco del parque camino de casa y practicaba con perseverancia. No sabía si lo hacía bien o mal, pero los sonidos eran su calmante. Llegaba al banco con el alma rota y las notas de su flauta le sanaban.

Llegó el octavo Miércoles. Otra vez camino de la clase de música. Luís perseverante y sin perder la ilusión que algún día tendría un profesor de música, se encaminó hacia la puerta de la casa. No se había fijado de que la casa tenía un gran jardín. Era casi el doble del de su casa. Estaba un poco desarreglado. "Si Mamá viera este jardín seguro que me mandaba a limpiarlo y cortar el césped. Arreglar estos setos tan mal cortados, a barrer los caminos....". Realmente le faltaban las manos de su madre. Se podría mejorar y mucho.

Toc toc. El profesor abrió la puerta como cada semana y como cada semana le repitió lo mismo.

Luís, herido otra vez en su interior, partió hacia su banco, mirando de nuevo ese jardín lleno de maleza y con evidentes signos de descuido.

Esa noche se acordó de la conversación que mantuvo con su madre hacía ya varias semanas. Y de repente le vino una idea a la cabeza. Una idea genial. La pena es que tuviera que esperar toda la semana para volver a ser Miércoles. Al día siguiente, al salir de la escuela se fue directamente a casa del profesor. Tenía una estrategia y la quería llevar a cabo. No podía esperar.

Luís corrió, incluso más que el primer Miércoles. Cogió el picaporte con más fuerza que nunca. El toc toc resonó dentro de la casa. Se oyó al profesor:

- ¿Quien golepa la puerta de esta forma?- exclamó con ira.
"Bien el profesor está en casa", se dijo Luís con ilusión. Al abrir la puerta la cara del profesor fue de sorpresa:
- Ahh, Luís eres tu!!. Pero si hoy no es Miércoles.
- Si,si,si, ya lo sé Sr. Profesor...-contestó con muchos nervios Luís. Su idea hervía en su cabeza.
- ¿Que quieres?.
- Quiero que me dé clases de música.
- Si ya me lo dices todos los Miércoles y ya sabes que estamos completos.
- Si,si,si...Ya lo sé. Pero quiero proponerle algo.
- ¿Si?- preguntó el profesor con curiosidad.
- Si le limpio el jardín una vez a la semana me haría clases de música.
- No, las cosas no funcionan así...No tengo tiempo para hacer más clases.

Y el profesor de nuevo dio por concluida la conversación. Se despidió de Luís y cerró la puerta como era ya habitual. Luís se quedó helado. Otra vez, la enésima...Había sido su última oportunidad. Había hecho caso a su madre. Había ofrecido lo que le gustaba menos a cambio de lo que le gustaba más, y...¡Ni caso!. No entendía a los mayores.

Volvió a casa con tristeza y su madre de nuevo repitió la fatídica frase. Pero esta vez Luís no le prestó ninguna atención. Cogió la flauta y volvió a su banco del parque. Allí estuvo por más de una hora, tocando una nota trás otra. Una nota sonó muy mal y eso le molestó. "Seguro que el profesor me hubiera ayudado a aprender a no desafinar. Que pena...", se consoló a sí mismo. Pero de repente una nueva idea le vino a la mente. "Si claro, luchar", se dijo sonriendo.

Ese Sábado se levantó muy temprano, cogió todas las herramientas del jardín y dos horas más tarde Luís se encontraba con el picaporte entre sus manos golpeando la puerta del profesor de música.

- Buenos días Sr. Profesor. Hoy no le pido que me haga una clase de música, aunque es lo que más me gustaría en el mundo. Solamente le quería hacer un regalo. Que pase Ud un buen día.- Le dijo a la carrerilla sin dejar al profesor decirle ni una palabra.

Una vez Luís estaba lejos de la casa del profesor se tocó en su flanco derecho acariciando su estimada flauta. Aunque sabía que ese día y al menos por los próximos tres no podría tocarla. Las ampollas que le habían salido en los dedos después de podar, cortar, barrer, segar... el jardín del profesor, se lo iban a impedir.

- ¡Luís!- le llamó su madre.
- ¡Que quieres mamá?- le contestó desde la cama de su habitación. Estaba agotado. No podía con su cuerpo. Le dolía todo.
- Ven un momento. Rápido.
- Vale...- Dijo levantandose de un sobreesfuerzo.

Cuando bajó a  la cocina se quedó helado. Algo inesperado estaba ocurriendo. ¡Allí estaba, hablando y riendo con su madre!,¡Allí estaba en su casa!, ¡Era imposible!, ¡Era un sueño!

- Luís- le dijo el profesor- ¿Cuando empezamos la clase?

Se fue veloz en busca de su flauta. Ya no le dolía nada, ya ni notaba las enormes ampollas de sus dedos. Había luchado por lo que quería...si, si o también!




ME FALLA BLOGGER

Siento que en el último post i alguno que otro no he podido acompañar el texto con alguna imagen. Estoy teniendo problema con "Blogger" a la hora de subir las imágenes.
Dá error y no permite subirlas.
He intentado solventar el problema pero no hay forma. He intentado contactar con Blogger pero es un galimatías. "Es que no hay un lugar donde enviar un mail??"
Continuaré perseverando en ello!!
Perdón!!!

domingo, 29 de enero de 2012

LA SONRISA DEL CORAZON PUEDE A LA TEMPESTAD


Al principio era una impresión, después pasó a ser una impresión...y ahora es una realidad. Todo está revuelto!.

Las primeras incertidumbres parecían que eran simplemente una pequeña tormenta que iba a amainar rápidamente. Pero no!...Las primeras gotas de la lluvia de la inestabilidad se fueron convirtiendo en fina lluvia. EL sol solamente iba apareciendo poco a poco. Suerte que mientras alguien se quejaba de la falta de sol, había gente que se conformaba con soportar la lluvia. Con la suficiente anticipación no se había dejado el paraguas en casa. Y eso le mantenía seco y confortable frente al que no había tenido la previsión de hacerlo.

La crisis, la inestabilidad de la demanda, los cambios desorientados de las decisiones de los políticos (No saben más, pobres!!), el cierre del crédito de los bancos,etc...Han ido cayendo como un "txirimiri", que al principio no moja pero con el paso de los días va calando poco a poco.

La única arman posible para combatirla ha estado la lucha, la posibilidad y la aceptación de la situación. El planificar para lo peor para poder estar preparados si es que llega. El contar con las personas para lograr encontrar caminos nuevos, el ocuparse de la preocupación...y en definitiva no esperar que las cosas no pasen sino hacer que pasen.

Pero la lluvia en lugar de ir parando, va en aumento. No es que deje de llover es que cda día llueve más. ¿Y que hacer cuando la tempestad hace inútil el paraguas?.. Pues ponerse el "chubasquero" y aceptar que te has de convivir dejado de la lluvia. Que has de aprender a vivir, divertirte, trabajar en medio del aguacero. Cada uno de nosotros no podemos disponer del poder de hacer parar la lluvia, pero si de continuar luchando dejado de ella con una sonrisa en nuestra cara.

Hoy nos toca vivir en la lluvia. Nos toca pensar que el sol va a salir poco. Yo no me voy a quejar. Son las circunstancias que nos toca vivir. Y feliz de poderlo vivir. Nos toca más que nunca luchar duro por encontrar la sonrisa en medio de la oscuridad de la tormenta, en encontrar la manera de continuar caminando con fuerza a pesar de mojarnos, en ponerme el chubasquero de la mejor manera para protegerme de la humedad.

Más que nunca me siento motivado por vivir una experiencia de vida, que es totalmente diferente a lo que he vivido hasta la fecha. Encontrar el camino de la alegría, de la felicidad y de la paz interior...no está en el exterior, sino dentro de mí mismo y en mi entorno personal. La fuerza del amor y del aprecio puede ejercer como el sol brillante aunque fuera esté diluviando en un cielo lleno de rayos y truenos.

La sonrisa en mi corazón es la fuerza invencible de hoy, por muchas adversidades que existan!!