domingo, 12 de febrero de 2012

LA VIDA REAL NO ESTA DETRAS DE UN TECLADO


Supongo que lejos quedan los tiempos en los que las personas tenían solamente una dimensión de comunicación. Cuando no existía ni la escritura, la existencia del ser humano y de sus relaciones se desarrollaba a través de las conversaciones, discusiones, reflexiones, acuerdos,... cara a cara.

La escritura introdujo una de las dimensiones más importantes que existen, y es el de comunicarse con alguien sin hablar con él. Expresando de forma directa los pensamientos y las emociones en un papel. Con el sentimiento y el raciocinio transmitido a los dedos, estos hábilmente han ido plasmando los mensajes a comunicar en superficies que han ido cambiando desde la piel de animales, el pergamino al papel reciclado. La letra del escrito era el espejo del estado anímico del que escribía. Se podía apreciar, nerviosismo, impaciencia, ira, alegría, amor,...La ortografía dejaba ver entre sus trazos la parte emocional del que estaba escribiendo.
A pesar de abrir un frente atemporal de la comunicación, la escritura continuaba exhibiendo mas emociones.
Rompió esa dimensión la aparición de la máquina de escribir. Teclas regulares que escribían de la misma forma. No existían pistas de las emociones en la forma de escribir. Se había acabado el “como” se escribía. Si alguien escribía con ira, seguramente apretaba las teclas de la máquina con más fuerza,...pero la letra siempre se escribía de la misma forma. Las emociones encontraban la barrera del teclado y no podían fluir más allá. Se tenían que interpretar de la semántica y del vocabulario escrito. Y eso, abrió un campo infinito a las interpretaciones.
El uso y actual abuso de la comunicación electrónica ha convertido este sistema de comunicación en algo común, popular y habitual. Y ello ha conllevado aspectos como la aparición de una comunicación agresiva. Presente de forma amplia en internet o en la dimensión electrónica de la vida actual. El uso de lenguaje soez, despectivo e irrespetuoso campa por sus anchas en twitters, blogs, Facebook y otras redes sociales. En este entorno electrónico y virtual abunda más el "todo negativo", que los escritos "en positivo".


¿Será que es un buen refugio de las personas que sienten impotencia de cambiar el mundo real?
La posibilidad de difamar es gratuita e incluso si el difamador es habilidoso con las tecnologías es capaz de situar su mensaje en una muy buena posición de google, lo que le dará visibilidad en la red. Adicionalmente emerge una cobertura protectora de esto con las normas no escritas de la red, que no entran en cuestionar si lo que afirma está o no basado en la realidad. Son los principios de la red (libertad de expresión!?).
Lo curioso es que esta endogamia de las redes sociales acaba deborando a los usuarios, creyendo que el mundo solamente gira alrededor de eso. De sus comentarios, sus twitts, sus posts...Y no!! el mundo es más amplio que eso. Además la voracidad con que esta sociedad quema las noticias los hace efímeros. Los post y los twitts se confunden unos con otros y se pierden en la inmensidad de la masiva información disponible.
Afortunadamente existe gente con sentido común que entiende que siempre la comunicación veraz, la eficiente es aquella que se lleva a cabo cara a cara, aquella en la que la presencia física está presente. Y estoy totalmente de acuerdo. Las personas somos un conjunto de emociones.
Esas emociones se alimentan del calor humano, del aprecio y de la humildad de pensar que los demás también pueden llegar a tener toda la razón. Nadie es el que tiene la verdad, por muy escondido que se encuentre detrás de su seguro refugio del teclado.
Hay que poner el contacto humano por encima del frío mensaje electrónico.

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