El otro día regresaba a casa de trabajar en la fábrica. Escuchaba el programa de deportes habitual. Y como no...Hablaban del FC Barcelona y de su entrenador Josep Guardiola. Remarcaban las declaraciones que acaba de realizar en la rueda de prensa:
- Que un jugador juegue mal depende absolutamente de mí- declaraba con convencimiento- Yo soy el responsable de cuando lo hace mal.
Cuando menos era una afirmación valiente e interesante. No es normal, hoy en día, que alguien asuma la responsabilidad de algo que no hace bien una tercera persona.
- Conozco perfectamente las habilidades excepcionales de mis jugadores. También los conozco como son y puedo asegurar que no son unos “jetas” cuando juegan mal. Todos tienen la actitud positiva de querer hacerlo bien. Si coloco un jugador en las posiciones adecuadas para explotar sus habilidades excepcionales seguro que lo hará bien, que jugará un gran partido. En cambio cuando juega mal, es porque lo coloco en posiciones incómodas, donde no podrá desplegar toda la aptitud que tiene dentro. Lo fuerzo a ir contra sus fortalezas...
Esta afirmación, totalmente dentro de la motivación de un deportista y de una persona, con carácter Bioflow, despertó en mi mente el recuerdo de mi etapa de jugador adolescente. Quiero compartir la experiencia vivida con mi entrenador de etapa juvenil:
- Josep, quiero hablar contigo- Me inquirió en entrenador al final del entrenamiento.
- ¿Si?, ¿Que quiere?- Contesté.
- Mira Josep. Tú acabas de ascender del infantil. Sabes que el juvenil son tres años y que en la posición donde jugabas en año pasado hay dos por delante tuyo. Son mayores que tú y tienen prioridad.
- Si, ya lo sé
Había estado fuera de la convocatoria en los primeros partidos de la temporada a pesar que en los amistosos de pretemporada había jugado y creía haberlo hecho bien. Me había convencido de tener la paciencia de entrenar duro y esperar la oportunidad, por lo que el comentario del entrenador me sorprendió por venir tan pronto de la temporada. Me temía lo peor...Seguramente me diría que no iba a jugar en toda la temporada.
- He pensado en ponerte en otra posición- afirmó.
- ¿Cuál?- Pregunté con curiosidad e interés. Me moría de ganas de jugar partidos.
- La de lateral derecho.
- ¿Qué? ¿Si no he jugado nunca allí?- Me cayó como un jarro de agua fría. Era una posición que nunca me había despertado ningún interés. A mi me gustaba jugar de interior izquierda o mediocentro. Pero tenía que ser positivo, ya que seguramente era mi única opción en la temporada.
- Josep no te preocupes lo harás bien...
- Vale de acuerdo- asentí.
Llegó el primer partido. Jugaba de titular después haber tenido que ver desde la grada los dos primeros partidos!!. De no estar convocado estaba colocado en el campo, luciendo el número “2”. “Bendito lateral derecho” pensé. Estaba muy motivado y convencido de que iba a realizar un partido espectacular.
...Pero la verdad es que fue un completo desastre!!. Cuando llegó el descanso, íbamos perdiendo por 3-0!! y los tres goles los había hecho el extremo izquierdo que me tocaba marcar y parar. Se me había escapado un montón de veces y gracias a nuestro portero no fueron muchos más.
No me sorprendió en absoluto la decisión del entrenador de sustituirme en el descanso. Me dijo que me quedara en el vestuario con una cara de muy pocos amigos. Era justo. El equipo no podía tener una rémora como yo había sido en la primera parte. Mis compañeros mejoraron ostensiblemente en la segunda y lograron empatar a 3!
Había sido una pésima idea ponerme de lateral derecho. Ya lo intuí desde el principio que el entrenador me lo propuso, pero mis ganas de jugar me hicieron aceptar algo que nunca hubiera tenido que aceptar. Era mejor no jugar y esperar la oportunidad en mi posición.
En el primer entrenamiento después de la debacle personal, el entrenador me volvió a llamar.
- Josep, me quiero disculpar contigo. Te lo hice pasar mal en el último partido.
- ¿Por que me dice esto entrenador?. El que jugó el partido fui yo.
- Pues por que no te expliqué que aunque te pusiera de lateral derecho quería que jugaras como tu sabes, a tu estilo. Te tendría que haber explicado “Como” jugar en esta posición y solamente te dije de “que” quería que jugaras.
- No entiendo lo que me dice. He sido yo el que ha jugado mal, mal no fatal - insistí con sinceridad- Jugar de lateral es jugar de lateral...Cubrir el lado derecho de la defensa, vigilar y anular al extremo izquierdo, sacar los fuera de bandas, ayudar al volante derecho y al extremo en la construcción del juego...Todo el mundo sabemos que es jugar de lateral!
- Si, pero cada persona es un lateral derecho diferente. Mira en tu caso...
No sabía bien adonde quería llegar el entrenador con sus argumentos. Pero lo que era claro es que estaba cambiando mi estado de ánimo. De la tristeza y aceptación de la derrota, estaba pasando a estar animado, intrigado y hasta motivado. Me estaba insinuando que podría continuar jugando?
-....Josep, tú no eres rápido. Por lo que no puedes jugar de lateral esperando ganar a la carrera a tu extremo. Siempre te van a ganar, como pasó el Sábado. Ese chico era tremendamente rápido y tu no llegaste ni una vez en carrera.
Tenía razón.
-...Tu virtud es la lectura del juego y la intuición de como se va a mover el contrario y el juego. Has de usar esto para jugar de lateral derecho. Has de usar las mismas habilidades que usabas el año pasado para jugar en las otras posiciones. Has de ser tú!
- ¿Y como se hace esto?-pregunté.
- Pues no esperes a que la pelota llegue. Tu ventaja está en saber que va a llegar y entonces anticiparte. Los extremos normalmente son rápidos y no intuitivos. En este “tempo” vas a ser ganador.
La verdad es que no entendía demasiado lo que me quería decir, pero las perspectivas de poder volver a jugar me impulsaba a aceptar su reto. Lo pusimos en practica en el partidillo del entrenamiento con más acierto del que yo me esperaba. No me había dicho ninguna indicación, solamente me repitió varias veces “Josep, sé tu mismo! piensa en tu virtud”. Al final del entrenamiento se acercó a mí:
- Josep, ahora ya sabes “Como” tu tienes que jugar de lateral derecho. Pero piensa que aún te queda trabajar más la práctica de este nuevo estilo. No jugarás de titular en los dos próximos partidos porque quiero que cuando vuelvas al equipo lo hagas con plena confianza y con motivación.
Esa noticia, que me iba a quedar fuera del equipo dos semanas, lejos de desalentarme me animó. “Que raro Josep” me dije a mí mismo. Descubrí que me había gustado jugar de lateral y pensar desde lo que era mi virtud futbolística. Esas dos semanas trabajé el doble, pensé todo el día en jugadas imaginarias y como resolverlas. Mejoré cada día y en los entrenamientos. El entrenador desde la distancia me asentía con el pulgar en alto cada anticipación que realicé.
Y por fin llegó el gran día del “redebut” como lateral derecho, y fue eso grande. Un gran partido. Y después continuó otro y otro. Me consolidé en la posición. Aprendiendo día a día a jugar mi estilo de lateral derecho.
Como decía el otro día Pep Guardiola, poner a los jugadores en las posiciones correctas hace que estos puedan jugar bien....Pero mi entrenador adicionó que enseñarles a jugar en su estilo en nuevas posiciones hace que jueguen especialmente motivados y refuerzas sus habilidades excelentes.
Sin saberlo viví mi primera experiencia consciente de Bioflow!!
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