A las buenas personas de Bioiberica,
28 años juntos dan lo suficiente como no saber qué poner en una carta que
pretende ser mi despedida a todas aquellas grandes y buenas personas que forman
el equipo de Bioiberica.
He esperado unos días para poder sosegar mi pena y mi honda tristeza.
Faltan aún muchos más para curar esta herida, pero a la vez me doy cuenta del paraíso
que tengo en mi corazón. Sin dejar de sentir la añoranza, mi corazón late con
alegría, porque cada momento mágico que me habéis dado a lo largo de estos años
lo alimenta. Toda la bondad que me habéis dado lo hace fuerte. Lo hace enorme. Y lo estará
para siempre porque mi gratitud a todo lo que me habéis aportado es eterna.
Han sido años de gran fervor, de gran confianza en trabajar y luchar como
lo hemos hecho. Independientemente de los problemas que hemos tenido, de las urgencias
a las que nos hemos tenido que enfrentar, a los retos a superar, a la locura
del mercado...siempre hemos seguido los instintos de grandes y buenas personas como vosotros.
Nos hemos divertido mucho. Hemos reído y hemos llorado. Gracias a vosotros he crecido como persona de una manera que nunca hubiera imaginado, y tan siquiera
soñado. Muchísimas Gracias.
Hemos creado nuestra querida Bioiberica. Una voz singular y única en el
mundo empresarial. Una forma diferente de movernos y actuar que ha sido
reconocido por su humanidad y resultados entre clientes, proveedores , competencia
y la sociedad en general.
El orgullo Bioiberica nos ha llevado a amar con pasión el hecho de trabajar porque era
hacer el bien común. Ese orgullo de pertenecer a la creación de algo único,
diferente, mágico...
Hemos dado oportunidades sin reservas a nuestros sueños imposibles que se
han convertido en realidades extraordinarias. En liderazgo mundial en los
mercados donde operamos, en referentes tecnológicos, en pioneros en ciencia, en excelencia medioambiental, en
ejemplo en la gestión de personas, en una empresa única y diferente, en una
empresa donde disfrutas trabajando. Hemos sufrido para lograrlo, hemos
fracasado en ocasiones, pero nuestra lucha , perseverancia y ahínco en
perseguir lo que queríamos han sido fuerzas exitosas.
Al final la vida continua y está llena de grandes viejos recuerdos que dan paso a la joven esperanza. Y desde el optimismo continuaré con mi firme propósito de
dar a las personas de buena voluntad el protagonismo que se merecen en el
liderazgo y decisión de las actividades de las empresas.
Echaré mucho en falta vuestras sonrisas cariñosas que me acariciaban cada día,
y que me daban esa chispa divina que te hace vivir las más duras dificultades con una sonrisa en
el alma.
Ha sido un honor inmenso serviros en este tramo de la vida. Me siento orgulloso
y profundamente agradecido por haber
recibido todo lo que me habéis dado con generosidad y aprecio.
Muchas gracias...Siempre vuestro.
Somos positivos. 😃
Josep.