Después de la noche más oscura, de la noche más tormentosa...siempre vuelve a salir el sol. Cada mañana, sale el sol. Cada mañana la energía de los rayos del sol vuelve a dar la energía que hace la vida en la tierra.
Si quieres verlo, te tienes que levantar pronto, tienes que hacer un esfuerzo. Por que se está mejor en la cama que a las 6 de la mañana viendo como sale el sol. Pero si un día lo haces, es un espectáculo precioso. Lento en su proceder, pero progresivo. Tiene esa velocidad natural que te hace disfrutar del presente. No puedes apretar el mando a distancia para acelerar la salida del sol. Has de dejar que el tiempo lento y progresivo te haga disfrutar de la salida de la energía de la vida.
Eso también pasa en la vida, no dejamos tiempo a que salga el sol que ya estamos pensando en otra noche. Estamos pensando en los problemas pero nos olvidamos de disfrutar de los momentos en los que la energía de nuestra vida fluyen de forma pausada pero progresiva. Y curiosamente siempre, cada mañana los tenemos...O es que no tenemos las palabras amables de alguien, hasta anónimo que nos saluda cada día...O es que no las oímos porque estamos enfrascados en pensar en todos aquellos problemas que tenemos.
Por muy grave que sea un problema...tendrá su fin y volverá a salir el sol!
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